Hace unos meses (en la era precovid, que se ve ya tan lejana), un compañero de trabajo apareció en la oficina con una mochila vaquera, de estas tipo saco, que me encantó. Y pensé: con la de vaqueros que me cargo yo (porque todos se me rompen por la entrepierna, del uso). ¡Voy a reciclar un pantalón vaquero viejo!

Ha hecho falta que llegara una pandemia para que sacara el tiempo necesario para hacerlo, pero finalmente, ¡conseguí mi mochila!

Cogí mi pantalón, lo descosí enterito y me quedé con la parte superior del delantero y del trasero. Casi os puedo decir que lo más complicado fue el proceso de descoser todo, no tanto por la complejidad como por el rato que se tarda en hacerlo.

Después, corté dos rectángulos, conservando los bolsillos y también la cinturilla, que me ha servido para meter la cuerda sin tener que hacer dobladillos ni nada más.

Antes de coserlo, hice dos agujeros en las esquinas inferiores de cada una de las partes. Como estábamos en plena pandemia no tenía corchetes, así que hice una costura de ojal en cada agujero, para que no se vayan haciendo más grandes del uso o se rompan (igual con el tiempo le pongo unos corchetes, pero de momento lo he dejado así, porque veo que están aguantando bien).

Después, cosí las dos partes, con los delanteros enfrentados, hasta la cinturilla, que dejé libre, para poder pasar la cuerda por dentro.

Lo único que quedaba por hacer era meter la cuerda por lo que fue la cinturilla del vaquero y hacer unos nudos en los agujeros inferiores.

La verdad es que estoy muy contenta con el resultado, sobre todo porque tuve que improvisar algunas cosas como la de rematar esos agujeros, y tampoco tenía cuerda, así que la saqué de una mochila del mismo estilo que tengo por casa pero que ya no uso.

Hay muchas formas de reciclar un pantalón vaquero. Darle un nuevo uso para no seguir despilfarrando recursos de un planeta que este año nos ha dado un buen aviso de que tenemos que frenar.

¿Guardáis cosas que sabéis que podréis aprovechar más adelante?